Esta semana comenzó con una noticia trágica... me eché un ramo que me atrasa, que era importante pasar pero por alguna razón inconsciente jamás lo pesqué durante el semestre...
tras un breve análisis de mi comportamiento, todo este suceso se lo terminé atribuyendo a un episodio negro de mi corta vida... que quizá seguía afectándome y que de alguna forma gatillaba esta situación.
Frente a esta responsabilidad, me concentré en perdonarme y sentirme bien conmigo, mal que mal, tengo presente siempre que "todo pasa por algo" y pasar por bajones es parte del vivir que nos toca.
La mañana siguiente a conocer la noticia, después de una noche de cuestionamientos y planteos dificiles de explicar, desperté con una sonrisa radiante, además el día amaneció hermoso y gracias a una serie de acontecimientos que me ayudaron a comenzar mi mañana de buena manera, tuve un día genial.
Me sorprendí muchas veces de lo simple que nos rodea... y cuando soy consciente de esos detalles hermosos que muchas veces no percibimos, siento que he encontrado un equilibrio el cual permite llenarme de una energía positiva, la que se proyecta en los demás (es aquí en dónde relaciono una frase que leí por unas de estas páginas de internet, la cual decía: "el mundo no es tal y como lo vemos, sino que es como somos con el").
Un ejemplo de esa "energía" con la que amanecí, es el siguiente:
" Ese día me dí cuenta que mi saldo de almuerzos gratis en la U era de cero, y no tenía sencillo para hacerme de alguna cosita y engañar el estómago, de esta forma continuar mi día.
Algo me dijo que fuera a saludar a un grupo de personas con las que trabajo y los pillé justo saliendo a almorzar al casino de la U. Al verme desposeída de que comer, ellos muy afectuosamente me invitaron a acompañarlos, y cuando llegamos al casino, no cesaron de pararse de la mesa para ir en busca de comida que las demás personas no hubiesen tocado y estuviera aún apetecible para alimentarme, preocupándose de que estuviera en excelentes condiciones higiénicas ... en todo momento estaban preocupados de que no quedara con hambre y no hallaban que ofrecerme de sus propios platos.
Me emociona pensar que, la mayoría de mis amigos jamás hubiesen hecho eso de mostrarse necesitados de comida ante personas que no conocen... para llevarme el alimento a la mesa... jamás me sentí más acogida que en ese momento y lo mejor es que nunca lo esperé de ellos.
Los detalles simples y las personas sencillas sin trancas sociales, hacen de los días cotidianos, una experiencia inolvidable que sólo magnifica la vida en comunidad.
Un abrazo, los dejo con la foto del día.
