martes, 10 de agosto de 2010

Vacaciones de invierno




Al final después de tanto soñar despierta e ir comprando de a poquito la cámara, el saco de dormir, la mochila gigante y la ropa "señorita aventura", fui por el pasaje hasta Arica, y en vacaciones de invierno le pedi a un compañero de la U que me ayudara en Arica para tener más conocimiento de ir a Tacna y no sentirme tan solita...
Pero una vez en el colectivo a Tacna, me fui a la aventura: dos días en Arequipa, dos en Cuzco, un día en Aguas calientes (el pueblito de Machu Picchu) y dos días en Arica (el primero y el último del viaje).
me encantó esa adrenalina de viajar sola, me pasaron chascarros (mo tenia pronosticado gastar US$120 en un boleto ida-vuelta en tren por 3horas de viaje, o que en aguas calientes sólo hay cajeros automáticos para tarjetas VISA y la mía era Master).

Me dí cuenta que Perú tiene gente muy noble y de buenos sentimientos: todos me decían que no tomara taxis de noche y que en el día me fijase si los taxistas tenían credenciales porque era común que a las turistas solitarias y lindas como yo, terminaran quién sabe dónde. Es por eso que jamás salí de noche en Taxi, solo paseando aprovechando que el Hotel estaba en pleno centro de la ciudad.

En aguas calientes me pasó algo insólito:
Este mini pueblito (dos calles en torno a un río) fué creado para alojar turistas, el centro tiene una plaza de armas de piedra, y al frente la capilla (de piedras tb) todo rodeado por enormes cerros repletos de vegetación.
Bueno, a este lugar llegué del tren a eso de las 20:00 hrs, y mi tiempo destinado para machu picchu era el día siguiente y sólo ese día por programación de mi avión Arica- Santiago. Llegué al Hostel (Pirwa), con 10 soles en mi mano... y con la idea de retirar el resto en algún cajero automático de por ahí... entro al hotel, me registro y la señora me dice: Ya compró la entrada a Machu Picchu??? y yo... emmmmm no, entonces dijo: Ahora mismo vaya a la Plaza y al frente está un edifico municipal que vende los boletos y cierra a las 21:00. Entonces fui a la habitación compartida (para 6 personas) y ya estaba ahí un grupo de estudiantes de intercambio provenientes de argentina pero había un italiano, dos españolas, una alemana y un argentino muy simpáticos que en 10 min me dieron todos los tips para subir el Machu Pïcchu al día siguiente (ellos estaban descansando de su experiencia cuando llegué)

Entonces tomé mi tarjeta Master y me dirigí hacia un cajero, encontré dos y sólo funcionaban con tarjeta VISA... a mi se me acababa el tiempo de comprar el boleto para acceder a mi cúlmine y razón del viaje... entonces decidí ir restaurante por restaurante a pedir que si yo les pagaba cierta cantidad con mi tarjeta, ellos me diesen el dinero en efectivo.. eso fue imposible... ninguno de los peruanitos me creía ( seguramente eso ya había pasado antes y no les había ido bien con su buena voluntad) hasta que llegué a a una tienda de libros y un señor de apellido Pintado (jamás me voy a olvidar de ese apellido porque cuando me lo dijo, me maté de la risa.. plop!) me vió la cara de angustia, conversamos y me dijo: "Señorita.. tome usted 200 soles para su hotel y compre el boleto a Machu Picchu, no es la idea que viniendo de tan lejos se quede sin conocerlo". Prosiguió: "Sólo espero que usted valore el gesto y algún día sepa retribuir"... casi me morí de verdad, en Chile eso jamás me hubiese pasado.... nunca nunca... sin pensar tomé esa plata y corriendo me fui a hacer la cola ( a las 20:45 llegué a hacer la cola) y cuando voy mirando los precios, me doy cuenta que en boleto para extranjero era de 125 soles y si eras estudiante extranjero 64 soles... como andaba corta de plata obligada a pasar por estudiante y buscando entre mis cosas encontré el bendito pase escolar que cerrándole el ojo al señor de otro lado del mesón accedió a venderme el boleto estudiante... wiii!!!! y lo hice!

Fuí a un ciber y pedí auxilio para que me enviaran dinero por esos servicios de "dinero al instante en cualquier parte del mundo" y así poder devolver la plata al señor de la librería... pude hacerlo y sin más preocupaciones me fui a dormir...

Ya en la habitación, mis compañeros de cuarto estaban ZzZZZZzzzZz... y la señora del hotel preocupada a punto de hacer una denuncia por presunta desgracia porque nadie se demora dos horas en ir dos cuadras a comprar un boleto. Dormí a saltos, cuidando despertar a las 4 am para caminar los 9 KM en subida por una escalera mínima, compitiendo con todos los demás chicos que tb deseaban ser los primeros 400 en llegar a la entrada del machu picchu y acceder al Huayna Picchu.

Descubrí además que aunque me veía sola, sola nunca estuve, fui cuidada siempre por el pensamiento de todos quienes se acordaban de mí y deseeaban que llegara buena y sana (como diría mi abuelito) a casa.

Ahora me encuentro agradecida de Dios, la vida y mis seres queridos que siempre están ahí... en donde esté. Feliz de volver a casa!